El respeto es un valor fundamental alrededor del cual debe girar la educación de nuestros hijos.
La clave para inculcar este valor es recordar que el respeto, debe iniciar de los padres hacia los hijos, así lo hijos a su vez aprenderán que deben respetar tanto a los mayores como a sus compañeros.
Los modales básicos como saludar cuando llega a un sitio y despedirse cuando se va, decir “por favor”, “gracias” y “perdón”, no tomar las cosas de otro sin su permiso y a cuidar las cosas que nos prestan, son normas básicas para actuar con respeto.
La mejor manera de enseñarlas es utilizarlas a menudo en casa, entre todos los miembros de la familia. En el hogar, es importante que todos los miembros se respeten y tengan su espacio personal, incluidos los niños, adolescentes y las mascotas.
No debemos olvidar tratar a nuestros hijos con el mismo respeto que esperamos de ellos.
Los niños y adolescentes (y en muchos casos hasta a los adultos), no somos plenamente conscientes de las consecuencias que tienen nuestros actos, porque no siempre pensamos en las reacciones que nuestros comportamientos provocan.
Por eso, es importante explicarles que sus conductas y palabras tienen consecuencias, tanto para él como para quienes le rodean e invitarlos a pensar siempre cómo puede hacer sentir a los demás mis acciones o palabras, con preguntas como: ¿Cómo te sentirías en su lugar? ¿Cómo crees que se ha sentido por lo que le has hecho?
Ser respetuoso implica comprender que no somos el centro del universo y que las otras personas también merecen atención y cuidados.
Debemos ayudarlos a desarrollar el autocontrol, una habilidad que se puede comenzar a desarrollar a partir de los 3 años, enseñándoles, por ejemplo, a aguardar su turno y a retrasar las gratificaciones.
También es importante que los pequeños aprendan a expresar sus deseos sin asumir una actitud demandante, comprendiendo que en algunas ocasiones tendrán que esperar ya que no siempre pueden tener la prioridad sobre los demás.
Muchas veces no nos percatamos de que estamos alentando a nuestros hijos a ser irrespetuosos, por ejemplo, cuando los chicos se quejan de lo injusto que es su maestro, insultándole o teniendo una rabieta, o cuando lo hacemos nosotros mismos, pueden creer que es aceptable tratar a alguien con falta de respeto cuando no se está de acuerdo con él o ella.
Una mejor manera es validar sus sentimientos, por ejemplo, diciendo: “Entiendo que te sientes cansado y frustrado en este momento; está bien.”
Una vez que hayas hecho esto, recuérdale que, si bien sus sentimientos son aceptables, ser grosero e irrespetuoso no lo es. Proponle formas respetuosas para que tú y tu hijo puedan manejar la situación; como tener una conversación cordial con la maestra sobre sus políticas de tarea.
Es un tema que merece especial atención. Hoy es muy común interactuar a través, de chats y redes sociales. Lamentable, hay casos en que los adolescentes se insultan, se burlan unos de otros e incluso se amenazan.
Es muy importante enseñar a nuestros hijos que este tipo de conductas, que pueden parecerles inofensivas, son una grave falta de respeto hacia la otra persona. Debemos recordarles que detrás de la pantalla hay una persona real, con sentimientos, que está recibiendo esos mensajes. Es necesario pensar antes de escribir y cuidar bien lo que decimos porque puede tener consecuencias graves tanto para la otra persona, como para nosotros mismos.
Fuentes: