Este mes estaremos trabajando una nueva fortaleza, la valentía y con ella aprenderemos a manejar una emoción, el miedo.
Antes de hablar sobre la valentía, lo primero que tenemos que aclarar es que entendemos por valentía, “una cualidad de las personas que actúan con valor, con esfuerzo, vigor, aliento, ánimo, arrojo y osadía.”
Muchas veces lo asociamos a acciones heroicas o personajes de súper héroes o heroínas, sin embargo, la valentía es necesaria para afrontar muchos de los retos que tenemos en nuestra vida cotidiana, somos valientes cuando no evadimos los desafíos que nos plantea la vida ni nos damos por vencidos cuando las cosas no resultan como esperábamos.
Te dejo algunas ideas para trabajar este valor:
Desde los más pequeños con miedos (a la oscuridad, a la gente, a los fantasmas….) hasta los adolescentes con miedos (a no encajar, a perder los amigos, a fracasar…) ayudémosle a analizarlos y superarlos, y a distinguir los miedos reales, los que nos protegen de acciones que nos pueden poner en riegos.
Sí, hay cosas que deben dar “miedo” como meter los dedos en el enchufe. O saber que no debemos aceptar caramelos o subir a coches de personas que no conocemos. Ese “miedo” amigo y racional que nos protege se llama en realidad, prudencia. Pero cuando el miedo no nos ayuda, cuando nos paraliza y no nos permite lograr lo que deseamos, tiene una connotación negativa que tenemos que aprender a gestionar.
A ser perseverantes en sus retos de estudios, trabajos o relaciones, dominando el miedo al fracaso, al ridículo…, tener el valor de saber pedir ayuda cuando la necesite, o se sienta solo, expresar sus sentimientos, decir no en ocasiones, establecer límites.
Podemos ayudar a nuestros niños y niñas a desarrollar esa fuerza ofreciéndoles afecto y fomentando su autoestima.
En muchas situaciones nos veremos tentados a elegir por ellos y no permitir que tomen sus propias decisiones para evitarles disgustos o desilusiones, sin embargo, es importante dejarlos que lo intenten y aprendan de cada decisión tomada, debemos evitar ser sobreprotectores y no limitarlos en su propio crecimiento y desarrollo.
En lo que si podemos ayudarlos es prepararlos para los resultados de puedan obtener, es decir si lo consiguen que estén contentos y orgullosos de haberlo conseguido y si no contentos de haberlo intentado y dispuestos a seguir dando su mejor esfuerzo hasta lograrlo.
Alentémoslos a ser capaces de defender una postura que creen correcta, aunque exista una fuerte oposición por parte de los demás. A actuar según sus propias convicciones, aunque eso suponga ser criticados, aprendiendo a acompañar a otros que estén en circunstancias difíciles, a ser valientes en defensa de los demás.
Fuente: Leer más: https://www.hacerfamilia.com/educacion/pautas-educar-valentia-ninos-valientes-hijos-valientes-20170602133853.html