En Tanz hemos decido resaltar un valor cada mes, iniciamos en el mes de abril con la Puntualidad si no pudiste verlo, te invito a leer los 5 consejos para llegar puntual a clases
Hoy hablaremos de la “Constancia” y cómo inculcarla en nuestros hijos.
Definida como la determinación de hacer una cosa o en el modo de realizarla, es sinónimo de perseverancia y voluntad ante un propósito, objetivo o decisión.
Enseñar a nuestros hijos a ser constantes es importante para su desarrollo personal, escolar, su futuro profesional y para evitar las frustraciones que pueden surgir por no poder conseguir algo fácilmente.
Una persona es constante cuando es metódica, paciente, responsable, disciplinada y trabaja con empeño para conseguir sus metas, sin dejarse vencer por las dificultades que van surgiendo.
Para educar a nuestros hijos en la constancia debemos crear en ellos el hábito de la repetición, de trabajar en lo que se propongan hasta conseguirlo, de esta manera, los niños deben aprender que para lograr grandes cosas se requiere esfuerzo, creatividad, y ganas, que los problemas y las dificultades forman parte del camino y si no se rinde obtendrá grandes recompensas.
Para inculcar este valor bebemos enseñarles qué es la constancia y para qué sirve. Para las más pequeñas podemos usar cuentos con valores en los que se muestre la perseverancia. (Las fábulas para niños pueden ser un muy útiles), para las más grandes podemos contarle historias de personas que resulten inspiradoras.
Como padres, debemos ser un ejemplo para los niños, desarrollar el hábito de la constancia nos obliga a desafiar la rutina y el cansancio presentes en cada momento de nuestros días.
“Todo irá bien” (subtítulo)
Se positivo, ten fe en que las cosas funcionarán incluso cuando no lo ves tan claro. Contagia a tus hijos con esa mentalidad ¿Cómo va a mantener la motivación si cree que no tendrás éxito? Mantener una actitud optimista mejorará tu desempeño en cualquier tarea y la hará un poco más reconfortante.
Las responsabilidades y la perseverancia trabajan juntas, debemos permitir que los niños desarrollen tareas acordes a su edad, que busquen soluciones e intenten alcanzar sus objetivos.
Tener metas mejora el rendimiento, la concentración y el esfuerzo debemos enseñarle a crear sus propias metas. Las metas pequeñas funcionan mejor, pueden empujar gradualmente a nuestro hijo a buscar y disfrutar de los desafíos.
Muchas veces nos vemos tentados a hacer las tareas más difíciles por ellos, ya sea para ahorrar tiempo o para evitar que los niños se frustren. Recuerda, los niños necesitan tiempo para hacer sus propios intentos, para equivocarse y seguir probando. Puedes darle una mano, pero ¡no hagas las cosas por él!