La Gratitud es una de las muchas emociones positivas que se pueden sentir. Consiste en centrarse en las cosas buenas de nuestras vidas y en sentirse agradecido por lo que tenemos
Puede ser experimentada en un nivel amplio, como, por ejemplo: sentirse agradecido con Dios, valorar los buenos momentos, la salud, la buena compañía, la familia, el trabajo, la naturaleza, en general apreciar las cosas positivas de la vida.
Su base está en saber apreciar las pequeñas cosas que forman parte de nuestra vida, cosas o situaciones que la mayoría de las veces damos por sentadas y que no somos conscientes de su importancia hasta que nos faltan, así como en reconocer cuando los demás han hecho algo por nosotros.
La gratitud como valor está comprendida dentro de los valores sociales y también es considerada una virtud, ya que en ella se ponen de manifiesto otros valores como el reconocimiento del otro, la empatía, la reciprocidad de dones, la fidelidad, la lealtad y la amistad.
La gratitud es un amplificador de lo positivo y requiere únicamente prestar atención y ponerla en práctica.
¿Cuál es su importancia para las niñas y adolescentes?
- Experimentar gratitud aumenta el afecto positivo y la percepción de satisfacción con la vida, motivando a las personas a llevar a cabo conductas prosociales, e inhibiendo comportamientos de hostilidad.
- Cultivar la gratitud con los niños desde la infancia tendrá una fuerte incidencia en la promoción de la salud mental y favorecería las interacciones sociales positivas.
- Este valor también ayuda a las personas a desarrollar resiliencia y las relaciones interpersonales, recursos psicológicos, que afectan positivamente el bienestar de las personas.
- Además de ampliar y construir, las emociones positivas desencadenan un espiral que conlleva a que experimenten más emociones positivas, lo cual les permite ser más recursivos en la solución a problemas y tareas.
La gratitud tiene correlación positiva con el desarrollo de la empatía, la paciencia y tolerancia en los niños y con las personas que los rodean.
Además de potenciar las actitudes altruistas, actitudes optimistas lo cual tiene un impacto directo en el autoconcepto y autoestima de las personas.
Recomendaciones para incentivar la práctica de la gratitud:
- Padres, maestros y figuras de referencia agradecidos y considerados favorecen que los niños y adolescentes también lo sean
- Valorar lo que se tiene y lo que se recibe
- Reconocer el esfuerzo de quienes hacen algo por nosotros
- Evitar las quejas recurrentes y ayudar a las niñas y adolescentes a centrarse en soluciones
- Hacer un recuento de las cosas positivas que suceden en el día, la semana o el mes
- Es importante que no se asocie la gratitud con el recibir cosas materiales, por lo tanto, es importante que los niños y adolescentes aprendan a dar las gracias no solo por lo material, sino también los gestos, las vivencias y tiempos compartidos.